Hace mucho tiempo en algún lugar del Tibet, varios viajeros iban caminando por las montañas sagradas, de pronto, un yak se apareció sin avisar espantando al grupo entero. En especial, uno de los sherpas se espantó tanto que pegó un brinco enorme y al hacerlo, soltó todo el equipaje que venía cargando de uno de los viajeros. Las maletas salieron volando hacia el fondo de un barranco y no hubo forma alguna de poder recuperarlas.
Esas maletas eran sumamente importantes para ese viajero, especialmente porque en una de ellas llevaba escrita en una pequeña libreta, su autobiografía, la cual había estado escribiendo y retrabajando desde hace más de diez años.
Era tal su frustración de pensar en perderla que quería convertirse en cabra para bajar saltando por las piedras, conseguir una enorme cuerda par bajar escalando, o lanzarse al vacío del coraje que tenía. Pero de pronto se dio cuenta de su tonta ironía. Quería poner en riesgo su vida, para rescatar la pasada. Al percatarse de tal estupidez, decidió seguir adelante y comenzar de cero la vida que todavía no tenía escrita – elidealista
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